Fecha de publicación: Nov 23, 2010 8:41:19 PM
Crítica de Barry Lyndon.
El argumento de Barry Lyndon me recuerda en cierto modo a una novela picaresca, ya que en él se trata las andanzas de un personaje que siempre es desgraciado en todas sus empresas, que siempre acaba mal parado y que se enfrenta a personajes un tanto ridículos (como Sir Charles Lyndon, el Capitán Quin o incluso el propio Lord Bullington, que denotan cierta cobardía a la hora de enfrentarse). Por otra parte, creo que es un argumento muy rico ya que aborda diversos temas como la codicia, el amor, la guerra, la desdicha, o el matrimonio de conveniencia,… Todos estos temas se tocan a lo largo del film con más o menos extensión. La codicia de Barry le hace, durante toda la película, tratar de hacerse un hueco en la sociedad aunque siempre sale desdichado y va perdiendo progresivamente sus valores. El amor es un lazo presente para Barry, bien en un primer momento con su prima Nora, luego con la joven Lischen y posteriormente, aunque algo oportunista, con Lady Lyndon. Mientras que la guerra le encauza, es el hilo conductor hasta su posición final en la sociedad inglesa.
Los personajes fundamentales en la trama son Barry Lyndon así como la Condesa. Barry está interpretado por Ryan O’Neill, uno de los actores que más destacaban en la época tras su éxito en Love Story. Ryan fue escogido por su expresión plana, que Kubrick buscaba para representar al personaje de Barry, al que tenía que enfrentar al mundo cruel y decadente de la nobleza que se retrata en el film. En mi opinión, Barry es un personaje que aunque evolucione negativamente, siempre cae simpático al espectador ya que en un principio es un tanto remilgado, inocente y sentimental aunque luego vaya evolucionando hacia la crueldad, el descaro y el desprecio, que se atenúan frente al espectador debido a las facciones suaves de su rostro, al sentimiento amoroso que desprende hacia su hijo y a su interior frágil, que le hacen capaz de desplomarse y echarse a llorar ante un compatriota. Mientras que Marisa Berenson, que interpreta a Lady Lyndon, desprende, en mi opinión, cierta melancolía y tristeza con una belleza especial, así como una rigidez propia de las damas que aparecen de los cuadros que he visto de Gainsborough, pintor en el que se basa Kubrick para retratar a los personajes.
En cuanto al narrador se refiere me pareció un acierto cambiar el narrador-protagonista por el narrador omnisciente, ya que el primero es un recurso muy común y vulgar en el cine mientras que el segundo es más propio de las novelas, además adquiere ciertas peculiaridad en el film porque, a veces, es un tanto irónico y crítico.
Creo que Kubrick hizo bien apostando por la música clásica con la ayuda de Leonard Rosenman, en vez de arriesgarse con temas modernos, no sólo porque escoge a autores del mismo siglo en los que ocurre el film sino porque siempre son los idóneos para representar todos los sentimientos que se quieren trasmitir, debido a la fuerza y riqueza que ofrecen los instrumentos clásicos. Podría haber optado por alguna obra más en vez de por la repetición de las piezas.
La recreación bélica no podría criticarla muy a fondo ya que desconozco el tema, pero si me ha parecido a primera vista muy rica en cuanto al los uniformes militares, la distinción entre rangos, los desfiles, el armamento (uso de fusiles con bayonetas), las marchas militares, los reclutamientos y las condiciones de vida de los soldados, no sólo de supervivencia sino de castigo y reconocimiento.
Los escenarios resultan variados a lo largo de la película debido a los diversos movimientos del personaje a lo largo de Europa, además todos ellos son reales. Se rodó en Irlanda, Inglaterra, Alemania y en parajes naturales así como en palacios de época, que hacen que la recreación sea aun más perfecta.
El vestuario me ha resultado muy rico y adecuado, ya que representa completamente la estética de la época ,del siglo XVIII, que encontramos en cuadros como los de Gainsborough: vestidos voluminosos, encajes, sedas, terciopelos, rostros empolvados, peinados con tirabuzones y lazos en los hombres o rematados con grandes tocados con plumas en la mujer. Se ve claramente la distinción ente la moda los estamentos no privilegiados, en los que prima la sencillez, mientras que una vez Redmond va ascendiendo en sociedad, los trajes comienzan a adquirir mayor riqueza, lujo y detalle.
El detalle que más me ha gustado de la película ha sido el empleo de la luz natural puesto que envuelve a los personajes en una bruma pictórica que les hace convertirse en los protagonistas de obras neoclásicas, con toques barrocos, y que también contribuye a que la película adquiera mayor realismo en cuanto a la ambientación. Así se convierte en una escena real de época, carente artificialidad.
Nunca había visto una película de Stanley Kubrick y la verdad es que esta ha sido una buena forma de comenzar a seguir su trayectoria, ya que el film me ha resultado un tanto sorprendente en el grado de detalle y perfección. Siempre había oído hablar de Kubrick como un genio del cine y de algunas de sus películas como La Naranja Mecánica, El Resplandor, La Chaqueta Metálica… aunque nunca había oído hablar de Barry Lyndon hasta que la vi mencionada en el blog de Historia y Cine y que me atrajo, hasta el punto de hacerme con la película para poder verla. La verdad es que no me arrepiento de ello porque me ha resultado muy interesante.
En esta ocasión presentamos el trabajo realizado por la alumna Marta Murillo, que cursa actualmente 2º de Bachillerato. Se trata de su aproximación, tanto personal como histórica, a la película Barry Lyndon. El objetivo de esta web y de la línea de investigación que hemos abierto, y estamos desarrollando actualmente al amparo de la Fundación Estudio, pretende establecer un vínculo entre la enseñanza de la historia y el cine. Consideramos que es una herramienta sensacional para acercarse a diversos períodos históricos, en este caso al Antiguo Régimen, de un modo ameno y riguroso. El trabajo de Marta camina en este sentido. Ella ha descubierto a Kubrick y le ha sacado todo este partido.
*Las imágenes que acompañan al texto han sido aportadas por la autora.