Fecha de publicación: Nov 23, 2010 8:9:0 PM
Resulta evidente que David Fincher sabe captar la atención del público. Nos tocó la fibra sensible con El increible caso de Benjamin Button, nos perturbó con la genial El club de la lucha y nos dio pavor con Seven, pero nunca nos dejó indiferentes ante sus creaciones.
Con su Red social crea un mosaico narrativo; no en vano, reconoce la influencia de Rashomon de Akira Kurosawa sobre su obra. En aquella, un asesinato es presentado desde el prisma diferenciador de varios personajes. En esta consigue, utilizando esa misma fórmula coral, componer un retrato entretenido y bastante realista de esos geniecillos, torpes en lo social, pero increibles en sus habilidades técnicas, que dirigen el tecnologizado mundo actual.
Esos freaks, o nerds, son reflejados con mucho acierto. Sus contradicciones, conflictos y vivencias nos llevan a temas fundamentales como el amor, la soledad o la búsqueda de la aprobación social. La dirección de actores es magistral, incluso hay momentos en los que llegamos a confundir a los personajes con su alter ego real.
Las motivaciones de unos y otros son verosímiles y acertadas, mutables como el propio ser humano. El conjunto resulta impecable, tanto en su montaje como en su ambientación, y no digamos en el nivel interpretativo. Por ello estamos ante un producto muy por encima de la media anual, en el que cabe reconocer un interés histórico, por el papel de la informática en nuestra vida. Es una película muy recomendable, eso si, vedla en versión original.
El profesor de informática Javier Cristóbal organizó una salida escolar con el objetivo de visionar en la gran pantalla la película Red social. Los alumnos de 1º de Bachillerato tuvieron la oportunidad de integrar en su plan de estudios una obra fílmica. Desde aquí queremos sumarnos a este tipo de iniciativas que consideran el cine como un elemento más del ámbito educativo.