La vida de Émile Zola
TÍTULO ORIGINAL: The Life of Emile Zola
AÑO :1937 DURACIÓN:93 min. PAÍS :Estados Unidos
DIRECTOR: William Dieterle
GUIÓN : Norman Reilly Raine, Heinz Herald, Geza Herczeg
MÚSICA: Max Steiner
FOTOGRAFÍA : Tony Gaudio (B&W)
REPARTO: Paul Muni, Henry O'Neill, Joseph Schildkraut, Gale Sondergaard, Gloria Holden, Donald Crisp, Louis Calhern, Robert Barrat
PRODUCTORA: Warner Bros
GÉNERO Y CRÍTICA: 1937: 3 Oscar: Mejor película, mejor actor secundario (Joseph Schildkraut), mejor guión / Drama. Biográfico / SINOPSIS: Biografía del famoso escritor francés Emile Zola.
William Dieterle
(Ludwigshafen, 1893 - Taufkirchen, 1972) Director de cine alemán. Políticamente comprometido con los delicados momentos sociales que le tocó vivir, William Dieterle supo no obstante mezclar la agitación propagandística con el éxito comercial que demandaba la industria de Hollywood, hasta el extremo de erigirse gracias a sus películas en el cronista por excelencia de alguno de los principales acontecimientos de la historia mundial, en un "moderno Plutarco" (como se le llamó en la época) capaz de relatar en imágenes los momentos más significativos de la biografía de seres tan distantes en el tiempo y el espacio como Louis Pasteur, Emile Zola, Maximiliano Juarez o Richard Wagner.
Séptimo hijo de una modesta familia obrera, Wilhelm Dieterle -su verdadero nombre, antes de que se lo cambiara durante su paso por los Estados Unidos- mostró desde pequeño un gran interés por el estudio de la historia y por el arte dramático. Con objeto de poder costearse sus estudios en ambas materias, trabajó durante un tiempo vendiendo estiércol y haciendo recados para una pequeña mercería local. Sin embargo, su familia le convenció para que aprendiese el oficio de carpintero, en el que siempre podría refugiarse si su carrera de actor resultara un fracaso.
En 1920 sería no obstante descubierto en los escenarios teatrales aficionados por el mítico Max Reinhardt, toda una institución de la escena alemana que primó al actor por encima del texto y cuyos montajes se caracterizaron por un extremado barroquismo. Dieterle permaneció a las órdenes de Reinhardt durante más de cuatro años, lo cual le abriría de paso las puertas del cine.
Después de varias películas como protagonista, tuvo ocasión de debutar tras las cámaras en 1923 con Der mensch an wege, primer paso de su carrera en Alemania, donde alternó largometrajes de ambientación histórica (Ludwig der zweite, könig von Bayern, 1929) con comedias musicales (Eine stunde glück, 1930). Pero agobiado por las crecientes deudas económicas provocadas por varios de estos films, cuyo elevado coste hacía complicada su rápida amortización en las taquillas, en julio de 1930 decidió dar el paso definitivo: partir a Estados Unidos contratado por la Warner con un sueldo notable para la época. Esta empresa productora buscaba talentos europeos con experiencia en el teatro para acometer films sonoros, una novedad tecnológica que ellos mismos se habían encargado de lanzar al mercado de forma estruendosa.
Su irrupción en Hollywood no pudo ser menos afortunada: El último vuelo (1930), según la novela autobiográfica de John Monk Saunders, fue un exitoso drama de aviación capaz de adelantarse a su tiempo y cuya notoria excentricidad para los cánones de la época se percibió como el intento de captar la atención de un público algo más elitista del convencional.
Aupado a ese pedestal de cineasta para intelectuales que sin embargo podía llegar a ser bien aceptado por los espectadores populares, Dieterle encadenó una batería de producciones de serie B, como el melodrama futurista Seis horas de vida (1932), el cosmopolita drama histórico Amanecer escarlata (1932), la exótica opereta Adorable (1933) o el policiaco Fog over Frisco (1934). Este último film, protagonizado por Bette Davis y que todavía merece los honores de ser la película más inquieta de la historia del cine, enlaza a velocidad de vértigo panorámicas en cascada, cambios de angulación, sucesivos fundidos encadenados o trepidantes travellings, con el añadido de una imagen rodada a 22 fotogramas por segundo para acentuar la sensación de rapidez en las proyecciones.
Madame Du Barry (1934), una magna superproducción de época, señaló su ascenso a la categoría de director estrella de la Warner. Esa circunstancia, unida a la antigua relación de amistad, le hizo convertirse en el supervisor de El sueño de una noche de verano (1935), adaptación del clásico escrito por William Shakespeare a cargo del mentor teatral de William Dieterle, Max Reinhardt.
Tras esta experiencia, no del todo bien recibida por los espectadores, iniciaría su prolongada serie de adaptaciones biográficas con La tragedia de Louis Pasteur (1936), a la que siguieron casi de inmediato La vida de Emilio Zola (1937) o Juarez (1939). A dispatch from Reuters (1940), donde se glosaba la figura de Paul Julius Reuter, creador de una de las mayores agencias mundiales de información periodística, evidenció que ese filón de las biografías épicas de personajes históricos estaba tocando a su fin, por lo que Dieterle decidió reorientar su carrera hacia la propaganda antibelicita.
GOUBERN, R; Historia del cine, Editorial Lumen, Barcelona, 2006, pp. 196.