Fecha de publicación: Oct 17, 2011 10:5:10 AM
Esta es una película española dirigida en 1984 por Jaime Chávarri, basada en la obra teatral del mismo título, de Fernando Fernán Gómez.
En Madrid, durante la guerra civil (1936-1939), en una casa de pisos de un barrio castizo, transcurre la vida de una familia normal, de clase media. El padre, Luis (Agustín González), trabaja como encargado de unas bodegas y es un hombre sensato, afín a la legalidad republicana pero sin radicalismos. Su mujer es Dolores (Amparo Soler Leal). Tienen dos hijos: Manolita (Victoria Abril), con pretensiones de actriz, y Luisito (Gabino Diego), adolescente que ha suspendido la Física quedándose por ello sin bicicleta para el verano ("Dios sabe cuándo habrá otro verano", dice su padre). Son importantes también la criada (Patricia Adriani), los vecinos (Alicia Hermida), la casera (Marisa Paredes) y el anarquista (Emilio Gutiérrez Caba).
La película describe con gran corrección, y sin acritud, las diversas fases de la guerra y su impacto en el día a día de estos personajes. Las discusiones políticas y religiosas entre la gente se exponen suavemente, dejando entrever que en absoluto debían haber llevado a esa matanza. Viendo la película percibimos que la guerra fue cruel pero también absurda. Impresiona lo terrible de los continuos bombardeos sobre los barrios de Madrid, las mil estratagemas para encontrar comida y el hambre feroz que se pasaba (escena de las lentejas). Y en medio de esa tragedia, la vida continúa y la gente sigue teniendo sus amores y esperanzas, con la ilusión del amor libre y la liberación de la mujer. En marzo de 1939 todos están agotados. La guerra termina. Pero las expectativas no son muy buenas para Luis y su familia.
La música, compuesta principalmente por instrumentos de cuerda, es simple pero correcta, siempre acorde con las imágenes y dando énfasis en muchos de los aspectos trágicos que aparecen sobre la guerra.
Dos actores excelentes: Agustín González, uno de los grandes veteranos de la escena española, encarna a la perfección a su personaje aportándole todos los matices interpretativos necesarios para transmitir la máxima credibilidad. Se apoya en una gesticulación contenida aunque muy expresiva y en una voz perfecta. Y Victoria Abril, actriz de 24 años, que tiene una gran versatilidad, haciéndonos ver lo duro que es la guerra en una persona joven, que ha pasado de ser una incipiente actriz a ser una mujer viuda con un hijo, que a causa de su sufrimiento, aparenta el doble de edad que la que en realidad tiene. No están a la misma altura Gabino Diego (es uno de sus primeros papeles) o Amparo Soler Leal (no logra darle a su personaje el carácter necesario).
Las consecuencias de la guerra pueden resumirse en lo que dice Agustín González : "No ha llegado la paz; ha llegado la victoria".
Santiago Santidrián, alumno de la 18 B2, promoción 2011-2012.